domingo, 16 de mayo de 2010

Empezaron los quehaceres de la vida...

continuación de, Un hombre demasiado sexy.......para conocer las maravillas que un hombre como caballo salvaje con ojos nobles puede ofrecerle a una mujer...

Empezaron los quehaceres de la vida, el ir él por allí, ella por allá...cada día se hacía difícil el no olvidarse del amor, el cansancio había vencido las fuerzas...los deseos ardían dentro del cuerpo, pero los ojos se cerraban sin piedad, los besos bruscos, imperiosos despertaban en medio de la noche como tormenta en tempestad, dejábanse llevar, habían pasados noches interminables de entrega y de deseos, miles de robos a las horas de sueño a la realización de las tareas, a los quehaceres de la vida...y el cansancio se cobraba lo robado, lo cogido, y pedía a gritos dormir, descansar, cobrar lo prestado...

El amor a veces, muchas es egoísta lo quiere todo para sí, el deseo y la pasión son imperiosas, pero la vida es otra cosa...

Lo más importante sin embargo para ella, que caía exhausta cada noche entre las sábanas era buscar una forma para poder seguir en pie, dedicándose a los besos, y las necesidades imperiosas de su ardiente amor.

No había tiempo para leer libros, buscar recetas de sexo o de estrategias amorosas, sólo quedaba jugársela al todo, entregarse, ser única, persistente, fiel y leona... y con esas armas emprendía cada día la lucha de la selva...la entrada a los gritos esperados, al cabello halado, golpeado, a los besos bruscos y lacerantes, se agitaba, se agotaba, y volvía a la lucha, esperaba, absorver y beberse cada gota de su sudor, cada lágrima de sus ojos, cada suspiro de su sexo...

Y cada día, cada noche, jugaba a ser la fiera en esta entrega de amor... al final la entrega era entera, los ojos se cerraban y al amanecer, sólo quedaba buscar fuerzas para poder trabajar, sin embargo las ojeras no aparecían los ojos permanecían con el mismo brillo, y cada vez en la llegada de una separación los brazos se apresuraban a estrecharse, a besarse, a brincar y cargarse el uno al otro, a besar los ojos, el pelo, tocarse las manos, y la sonrisa nerviosa de pronto se dibujaba en los labios de ella, temblorosa, nerviosa, incrédula de tanto amor, incluso para ella desconocido...

El Mundo afuera, jusgaba, se burlaba o quería romperle el hechizo al amor tan compartido...

Sin embargo, había una batalla dura para echar, era dueña de sus armas, era dueña de sus guerras, de sus batallas, de sus espadas, era dueña de sus besos, era dueña de su sexo, era dueña de sus ansías, de su ayer, su hoy y su mañana, ni siquiera porque así había sido escrito, más bien porque incomprensible pero infinito era eso lo que se le había transmitido en esas ondas sonoras que le hablaban constantemente a su existencia, ama... entrega entera tu existencia aún sin estar...sé...vibra...da...

y eso daba, vaya, era una experta en llegar y decirle I love you, en besar sus brazos fuertes y masculinos, en dejarle miles de notas diciéndole hazme el amor, en ponerle una música sugerente, en servirle el vino en copa, y hasta el agua blanca y maravillosa, y luego haberlo hecho a su forma a pesar de sus rebeldías, le gustaba verlo servirse el agua cristalina en la copa que antes era de ella, le gustaba verlo verse ansioso de los mismos gustos y deseos de ella...


Le gustaba verlo buscarla y necesitar su respiro a la hora de ir a dormir si no, no había descando...y luego, hacer todo menos descansar, hasta no vaciar en ella sus miles de vinos, sus miles de ansías, y luego, exhausto, terminar besándola después de hacer el amor, en un beso suave y regalado de agradecimiento, tan distinto de esos, que te usan, te hacen el amor y al final se olvidan de darte un beso!

Vaya, si que era un mérito, verlo acercarse suave a decir gracias por la entrega con un beso suave y un entrelazado de dedos para decir con ellos, te quiero....

Al final, la noche caía...y al cerrar los ojos, agradecía haber existido...

Una Nota:
"Cultivo una rosa blanca"
.es donde cada día dejo gotitas de mí..

jueves, 15 de abril de 2010

continuación un hombre demasiado sexy...

-Yo no conocía esta forma tan natural y brusca de hacer el amor, no conocía el mirar profundamente a los ojos, como si adentro de las púpilas existiera otro "yo", no conocía esta imperiosa manera de caer en una cama y que él fuera el poseedor, no conocía la exigencia de una habitación llena de luces, para ver cada poro de mi cuerpo, cada entrega de mis labios, cada latir de mi cuerpo, no había forma de fingir, de escapar, había un sólo camino, la entrega, y él no permitía que apagará la luz, como si con ello me dejará bien claro, -Soy yo, mírame, soy yo, sólo yo!, había jugado a mil formas en el amor, y en ellas, casi siempre yo era la más experta, la gata que jugaba a ser deseada o poseída y sin embargo en el fondo era yo la que maneja las situaciones, pero su brusqueda ingenúa y machista me ponía indefensa, por un lado su naturaleza dulce me impactaba y por otro su brusqueda de hombre me dejaba sin formas de llevar la delantera en esta entrega de amor, decidí dejarme querer y aprender una nueva forma de hacer el amor...

A los muy pocos días, nos conocíamos a la perfección, creo que apenas 5 días de hacer el amor, él era ya mi dueño, y yo, me sonrío a solas... su futura dueña...cómo una fiera que se doblega ante la mano del amo, el domador había quedado a mi deriva, al acecho de mis besos, de mis exigencias imagino y supe después que pensó era un juego fácil para él, en donde su entrega dejó de ser pasajera para ser eterna...

No había momento difícil o imposible para llegar hasta aquella cama, quitarnos las ropas y sentirnos Adán y Eva, pecadores, amantes y los dueños de las generaciones futuras, de los futuros guerreros de las galaxias, de las futuras damas de cualquier reynado, de las futuras ministras o presidentas de los países, todas las maravillas y los logros más imposibles se encontraban en su cama, en nuestros incontables encuentros, en nuestras incontables citas a cualquier hora a las dos de la madrugada yo volaba veloz a entregarme entre sus sábanas, y a las 7 de la mañana, una imperiosa necesidad de besarnos de abrazarnos para empezar el día nos llevaba a encuentros furtivos y rápidos antes de irnos a trabajar...

Después la cabeza se nos rompía de cansancio, la jornada laborar se hacía eterna, larga, llena de ansías, al final, la alegría llegaba, porque otra noche de amor nos esperaba...

Allí juge a mil cosas, a ser la señora, la que mandaba, a ser la niña, que obedecía, a ser la chica bailadora exótica, conocí miles de cosas, desconocidas, todas a pesar de sus reguejos estaban llenas de una pureza maravillosa, porque en sus ojos limpios a la luz me decía que había honestidad...confianza, entrega...en fin... si el amor tiene formas, imagino que se reflejaba en las formas de este hombre demasiado sexy ante mis ojos y ahora totalmente mio...

Era maravilloso haber vivido miles de vidas antes, caminado miles de caminos, existido en miles de galaxias, y al final encontrarlo a él al final de mi camino...

Cada vez que las fuerzas se agotaban sus labios me exhortaban a besar más a querer más a luchar más por la vida...y el fruto divino de su entrega masculina...


Una Nota:
"Cultivo una rosa blanca"
.es donde cada día dejo gotitas de mí..

jueves, 11 de febrero de 2010

temí respirar...pero si, estaba viva!!!, bien viva...

Continuación '...Un hombre demasiado sexy"...



...para conocer las maravillas que un hombre como caballo salvaje con ojos nobles puede ofrecerle a una mujer...

Quedé muda, él parecía decir en cada gesto que hacía:

-"Espera y verás, verás de qué soy capáz! y cuánto tengo para tí...

Si, enmudecí, dejé de ser una mujer desenvuelta, dueña de sí, de pronto era alguien totalmente turbada e inexperta... yo... daba ganas de reir...

Bajé del auto arrastrada por su vigorosa mano, tal parecía que era él el que había manejado el auto y que además recién me había recogido de la puerta de mi escuela Secundaria... si daba ganas de reir...que tonta me sentía... o tal vez era pena...rubor...si, daba ganas de reir...

Abrió la puerta de su casa. LLegamos a su cuarto y en un caudal de besos me bañó por completa. Y los manantiales con lluvias de flores y olores maravillosos enrredaron mi siquis... y los besos sublimes me postraron frente a él y allí quedé exhausta dejándolo hacer como si lo hubiese conocido de toda mi vida o de todas mis vidas. Como si no hubiese habido jamás otro amor o si el Mundo estuviera llegando a su fin y yo me hubiese quedado en el paraíso y con él, el derecho al amor. Amor completo, de carne, de huesos, de sensaciones donde mi pecho era torpe y pequeño para aguantarme el corazón. Y allí, en el paraíso, hicimos el amor, así como yo lo soñé toda mi vida, como nunca lo había logrado, y él radiante se erguía parado frente a mí, y yo sin ser pequeña, quedaba como niña torpe y perdida echada en su cama, en su media mitad, entre sus sábanas, entre sus olores, entre un color a hombre que lucía su cuarto, incapacitada de hablar, reír o decir, sólo habían ojos para ver su masculinidad, al final pensé este parecía ser el hombre de mi vida... temí respirar...pero si, estaba viva!!!, bien viva...

Una Nota:
"Cultivo una rosa blanca"
.es donde cada día dejo gotitas de mí...

lunes, 18 de enero de 2010

esa forma tan de él de agarrarme el pelo

...esa forma tan de él de agarrarme el pelo para echar mi cabeza hacía atrás, en una orden silenciosa de posesión y obediencia. Mi corazón no había quedado afuera de este caudal de sensaciones, alegre y enamorado daba latidos dolorosos.

Aquella sensación de sus besos, sus manos apretándome salvajamente, a la vez sus amorosos besos en mis ojos, en mi frente y en mis labios, me dejaban exhausta, y yo apenas me atreví a balbucir...

-Yo, yo, quiero estar contigo...
-Vámonos. -dijo.

Aturdida arranqué el auto, me sentía borracha, como si me hubiese tomado 12 cervezas alemanas!!!!

-A dónde dije? -llena de verguenza.

-A mi casa.- contestó.

-Yo... -no dije más, para que hablar?, si en realidad hubiera querido volar allí y ni siquiere tener que parar en los semáforos! Decidí callarme y ser más honesta, incluso, conmigo misma.

De pronto este hombre era otro hombre, todo lo callado, medido y respetuoso había quedado en los minutos pasados, ahora él daba las órdenes, órdenes sublimes de promesas de la entrega de todo un hombre para una mujer... y yo era esa mujer que había seleccionado la vida, para conocer las maravillas que un hombre como caballo salvaje con ojos nobles puede ofrecerle a una mujer...


Una Nota:
"Cultivo una rosa blanca"
.es donde cada día dejo gotitas de mí...

sábado, 3 de octubre de 2009

continuación ..."U HOMBRE DEMASIADO sexy"

Octubre 2 del 2009.



...y allí estaba ella, tocando el claxón...para ver salir a áquel hombre desconocido, a áquel hombre de quien ella no sabía ni de dónde era, o de qué era capáz...
Venciendo todos los convencionalismos de una cubano-americana, al enfrentarse con las costumbres y conflictos que tal vez podría tener con áquel hombre, cubano también, pero nacido y criado en esa Cuba de donde habían salido tantas historias contadas por al abuela y tantos hechos discutidos en la TV, un mundo que no era su mundo...
Y allí estaba el cubano, cortado, nervioso, con modales torpes y a la vez extremadamente respetuosos, diciendo:
-Hola! -con una sonrisa maravillosa, la más bella sonrisa que ella había visto en toda su vida.

Los ojos eran bellísimos y la sonrisa, todo un sueño...como para imaginarse después de hacer el amor mil veces, mecida entre las nubes, o con caricias de algodón...

-Hola -se oyo diciendo. _Entra al auto que quiero explicarte algo.

Anais, qué haces, le decía su subconsciente. Qué hago, se contestaba, no sé, pero si sé algo, lo que no puedo es dejarlo ir! Cállate Anais, cállate, quédate quieta, no seas tan tonta, cállate Anais, se decía a si misma y decidió no escuchar más a la voz de la cordura.
-Leandro, no? -dije tratando de lucir normal, jovial y segura. -estúpidamente segura, en una cuerda floja que por primera vez en toda mi vida me atrevía a caminar.
-Si, Leandaro Linares o LL como me dice la abuela -dijo sonriendo, y los ojos parecía decirme turbadoramente.. -Me gustas.
Ya en este momento me sentía fuera de mi domino, no sabía si arrancar el carro, chocarlo contra un árbol, echármele arriba, besarlo, gritar, llorar, habían dejado de estar claras todas las cosas en mi cabeza, y casi creo que estaba incapacitada hasta para sumar dos más dos.
-Bueno, LL, sabes?, suena muy bien. Te hice la carta de referencia, disculpa si tuve tanta demora.

-Oh!, esta bien, no te preocupes -dijo como chico bueno, y sus ojos recorrían mis piernas, muy cercas de él, tan cerca de él, que habían empezado a hablar un lenguaje especial.

Me había puesto cerca de 5 ropas distintas antes de salir de casa, allí frente al espejo, había determinado vestirme de blanco, aunque me encantaba el negro, con un traje de chaqueta bien corto, y una medias blancas transparentes que dejaban desear la carne... yo quería provocarlo, de una vez, una sola vez, de una vez y rotundamente en un día lograr hacerlo mio.

Como cualqueir mujer de mundo, como cualquier mujer sin sentido, sin cordura, o como cualquier mujer de siglos pasados perdida en un bosque y encontrada por un guerrero, furioso, rabioso, que la hiciera suya, no encontraba la forma en este siglo, con aquellas palabras de cordura, con la lógica de lo desconocido, de no ser una mujer que estaba acostumbrada a regalarse, no encontraba como podía lograr esa conquista, cómo podía llegar a esa cama, con él, en sólo un día... y fue la tarea más difícil de mi vida en el campo del amor.

-De qué parte de Cuba eres?
-Yo? De la Habana, pero no del 7mo piso - y se rió maravillosamente de nuevo.

-Del 7mo piso, y qué quiere decir eso?
-Bueno es que en la Habana es la capital de Cuba, y todos los cubanos que están acá quieren ser de allá. Bueno chica es como un chiste, entiendes?
Yo también reí. Lo miré fijo, con mis ojos de gata mala, ansiosa, salvaje. Le alarge el sobre en mi mano .

Leandro acerco su mano y sin saber cómo y sin poder recordarlo a pesar de que me esfuerzo, como si mi mente hubiese quedado por instante en blanco dando sólo paso a las sensaciones, él tomó mis manos..., la electricidad me recorría cada fibra, tuve que cerrar los ojos algo avergonzada, no sé cómo, realmente no lo sé, algo superiaor y sin explicaciones nos llevo a ese instante.

Allí estábamos los dos, unidos en miles de besos, desenfrenados, con una pasión incalculable, como si toda nuestra potencia y caudal de deseos hubieran estado esperando por años miles este momento.

Fuerte, eras sus manos... y fuertes y divino era sentir su deseo, esa forma tan de él de agarrarme el pelo...

continuará final del escrito # 3.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Un hombre demasiado sexy

Un hombre demasiado sexy
por Janett Camps-febrero del 1999...